martes, 23 de agosto de 2016

Crónica del Cementerio de Recoleta

               Eran las 6 de la tarde, mientras Dai, Pichu y Cata paseaban por el Cementerio de la Recoleta. Recorrían los mausoleos, deteniéndose a observar esas estructuras escalofriantes. Al principio era divertido, pero a Cata ya se le estaba haciendo incomoda la situación. No era como Pichu y Dai, que a ellas si les gustaba experimentar con lo paranormal y desafiar al mundo de los muertos, cantando cosas frente a las tumbas o tocando estatuas de los fallecidos.
               Cuando se hicieron las 8, Cata ya estaba cansada y muy asustada. Tenía miedo y quería regresar a su casa, pero Pichu y Dai tenían otros planes. Ellas querían encontrar la famosa tumba de “La Dama de Blanco”. Una famosa leyenda urbana relata que una fría y ventosa noche de invierno, una joven sale a bailar con un muchacho. Este le da su campera y ella, sin querer, la mancha con café. Como todo un “galán” le dice que se quede la campera, como excusa de volverla a ver. Al día siguiente pasa a buscar la campera por la casa de la joven y cuando llega la madre le dice al muchacho que su hija había muerto de leucemia, hace ya 10 largos años. Incapaz de creerle, la señora lo conduce hasta la tumba de su hija, donde colgado en el sarcófago se encontraba la chaqueta manchada de café.
               Hay otras versiones de la historia, donde dicen que se la ve caminando hacia su tumba y luego se desvanece; otras dicen que se la escucha gritar de dolor. Estas apariciones se manifiestan a las 9 de la noche en punto, hora de su muerte y su, posterior, entierro.
               Mientras las dos aventureras convencían a su amiga de quedarse hasta las 9 y de encontrar la tumba, el tiempo pasaba y Cata tenía cada vez más miedo. Les dijo a sus amigas que ella estaba cansada y asustada, por lo que volvería a la entrada y las esperaría ahí. El par siguió buscando y Cata se separó de ellas. Había caminado mucho y ahora estaba perdida, desorientada inventaba el camino de regreso a la entrada. En una parte del trayecto se encontró con un sarcófago abierto y escuchó ruidos provenientes de abajo. Ruidos que parecían de alguien bajando las escaleras. Miró su reloj, 9.05. Se fijó en la lápida y, con la poca luz que le brindaba el celular, leyó claramente “ESPERANZA LUMIER – HIJA Y LUCHADORA, SIEMPRE SERÁS QUERIDA Y RECORDADA EN SALUD”. Sospechó que era la tumba que sus amigas buscaban y dedujo que las voces y ruidos provenientes de ahí abajo, eran ellas. Se armó de valor y bajó para reunirse con sus amigas. Luego de los tres primeros escalones, observó que había luz al final. Un poco más aliviada bajó del todo para toparse con una habitación vacía, iluminada por velas en la que un ataúd ostentoso se encontraba abierto, y también vacío. Escuchó a sus amigas que la llamaban desde afuera “CATA, DONDE ESTAS?” y la puerta se cerró de un golpe apagando todas las velas.


Fin..?

Junto a:
     •Schneider, Catalina
     •Di Stefano, Daiana

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